Cuando una persona natural no comerciante se acoge a la ley de insolvencia económica se busca fijar una nueva opción de pago a los acreedores. No significa dejar de pagar las deudas, significa encontrar una nueva forma y unos nuevos tiempos acordes a la situación actual del deudor, celebrando un nuevo acuerdo de pago en una conciliación extrajudicial.